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Salsa Brava Madrileña
La auténtica salsa brava para tus patatas y tapas caseras.
La salsa brava es uno de los emblemas más reconocidos de la cocina madrileña y de las tapas españolas en general. Esta salsa se sirve principalmente sobre las famosas “patatas bravas”, un platillo tradicional que consiste en trozos de patata frita cubiertos con la salsa picante. Sin embargo, en Madrid, la receta de la salsa brava no contiene tomate, como muchas versiones fuera de la capital, sino que se elabora con una base de pimentón y harina, logrando una textura cremosa y un sabor que combina el picante suave con un toque de acidez. Perfecta para acompañar no solo patatas, sino también carnes, croquetas y otras tapas.
Además de su popularidad, la salsa brava refleja la simplicidad y la intensidad de los sabores de la gastronomía española. Aunque cada bar tiene su propia receta secreta, hoy aprenderemos a hacer una versión casera de esta deliciosa salsa que te transportará directamente a los bares madrileños.
DIFICULTAD: FÁCIL - INGREDIENTES: FÁCIL - TIEMPO: 30 MINS
TIEMPO ACTIVO: 15 MINS - CANTIDAD: 300 ML (4 PAX)
INGREDIENTES
- 1 cebolla mediana, picada
- 40 ml de aceite de oliva
- 25 g de harina de trigo (todo uso)
- 1 cucharada generosa de pimentón dulce
- 1 cucharada de pimentón picante
- ½ cucharadita de pimienta blanca molida
- Sal, al gusto (ten en cuenta que el caldo de pollo ya puede llevar sal)
- 600 ml de caldo de pollo
MÉTODO
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Sofreír la cebolla: En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla picada y una pizca de sal al gusto para ayudar a que suelte su agua y se ablande más rápido. Sofríe lentamente durante 8-10 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que la cebolla esté bien pochada y ligeramente dorada. Este paso es clave para darle profundidad de sabor a la salsa.
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Una vez la cebolla esté transparente, incorporar los pimentones y la pimienta: Retira la sartén del fuego brevemente y añade el pimentón dulce, el pimentón picante y la pimienta blanca. Remueve rápidamente con el fuego al mínimo durante 1 minuto para que los pimentones no se quemen y se integren bien con la cebolla, aportando su sabor y color a la mezcla.
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Añadir la harina: Incorpora la harina de trigo a la sartén y mezcla bien. Cocina con el fuego al mínimo durante 2-3 minutos, removiendo constantemente, para que la harina pierda su sabor crudo y empiece a espesar la mezcla sin que se formen grumos.
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Añadir el caldo: Vuelve a poner la sartén al fuego y vierte el caldo de pollo poco a poco, removiendo continuamente para evitar que se formen grumos. Cocina a fuego medio-alto durante 10-15 minutos, hasta que la salsa espese y adquiera una textura suave y cremosa.
Para evitar grumos, asegúrate de que el caldo esté bien caliente antes de añadirlo a la mezcla. Esto ayuda a que la harina se disuelva mejor y de forma más rápida.
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Rectificar sabor: Prueba la salsa y ajusta de sal si es necesario, teniendo en cuenta que el caldo ya contiene sal. Si quieres un toque más picante, puedes añadir una pizca extra de pimentón picante o pimienta blanca al gusto.
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Triturar la salsa: Si prefieres una salsa más fina y suave, puedes pasarla por una batidora de mano hasta obtener la textura deseada. Esto dará como resultado una salsa más homogénea, ideal para un acabado más elegante.
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Reposar: Deja reposar la salsa unos minutos antes de servir para que los sabores se mezclen bien y espese un poco más al enfriarse.
La salsa brava mejora al día siguiente, por lo que puedes prepararla con antelación para obtener un sabor más profundo y equilibrado.